lunes, 29 de octubre de 2012















Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto.

Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.

Sácame de quicio.

Llévame a pasear atada con una correa que apriete demasiado.

Hazme sufrir.

Aviva las chispas.

Ponme a secar como un trapo mojado.

No desates las cuerdas hasta que sea tarde.

Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de los dos.

Líbrame de mi estigma.

Llámame tonta.

Sacrifica tu aureola.

Perdóname por todo.

Olvida todo lo que no te haya podido decir hasta ahora.

No me arrastres.

No me asustes.

Vete lejos. Muy lejos.

Pero jamás sueltes mi mano.

Empecemos de cero.

Haz que sangre mi labio con sanguijuelas de colores.

Fuma un cigarro para mí.

Traga el humo.

Arréglalo y que no vuelva a estropearse.

Échalo fuera.

Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.

Sueña retorcido.

Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.

Dame la llave de tus oídos.

Toca mis ojos abiertos.

Nota la textura del calor.

Hasta reventar.

Sé tu mismo y no te arrepentirás.

¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.

Yo te enviaré a los míos.

Píllate los dedos.

Los lameré hasta que no sepan a miel.

Hasta que no dejen de ser miel.

Sal, niega todo y después vuelve.

Te invito a un café.

Caliente claro.

Y sin azucar. Sin aliento.



No hay comentarios:

Publicar un comentario