viernes, 24 de agosto de 2012

V de viernes






 
Me despisté tras el agua salada.
De pronto me di cuenta de que ya no estaba.
Ni siquiera el agua me rozaba.
Ya daba igual.
Estaba en la situación extrema de mi vida.
Debia respirar
Debia morir
Debia nadar
Y por tanto nadé.
Nadé hasta mojarme.
Me mojé.
Efectivamente respiré.
Y tras el pulso maldito que me mantuvo viva
Grité.
Pensé.
Me acordé.
de tí.
de mi.
Como solíamos gritarnos.
Como solíamos matarnos.
 
Respiro-todavía-respiro.
 

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