lunes, 12 de diciembre de 2011

Prólogo.






No me dejeís nunca olvidarme de lo que quiero. Lo que me gusta.
Pienso volar alto. Llenarme de culturas. Opinar con sensatez. Leer y saber lo que odio pero también saber lo que me fascina.
No quiero pasar la vida disgustada. Evidentemente algún disgusto tendré. Espero que los justos y necesarios para aprender, cultivarme o superarme. Pero no olvido mi filosofía de vida. La que para bien o para mal me trajo hasta aquí. Hasta donde quiero estar. Porque si, estoy donde quiero estar. En el punto justo. Y aquí y ahora todas las decisiones que tome/mos formarán parte de mañana. De nosotros. De cada uno.
Hay personas que son felices de una manera y otros de otra. Mi felicidad está en mi cabeza diariamente y soy consciente que de ella dependo. Y haré lo que sea posible por cultivarla de tal modo que cada día vivido no sea si no un aprendizaje constante aunque sea aprender una nueva capital olvidada.
No existe el aburrimiento ni la desesperación a no ser que nosotros creemos que existe. Esa es mi filosofía. Mi sensibilidad.
Para mi está todo rodeado de una atmósfera llena de magia. El hombre pidiendo en el metro es importante al igual que la gente que diariamente me pide consejo para vestir.
Todo tiene una importancia y está en nuestra mano dársela o no.
Yo quiero sangrar. Quiero llorar. Quiero tener pena. Entiendo por eso que estoy viva. Que tengo algo mas dentro.
Voy a aprender de cada cosa. Voy a esmerarme por ser si no la mejor, la segunda mejor.
Voy a querer a la gente aunque me odien. Voy a dar lo mejor y lo peor de mí. Sería totalmente injusto solo dar lo mejor. Te perderías tantas anécdotas...
Quiero sentirme aterrorizada al estar en un país que no es el mío. Quiero escribir un libro y echarte de menos. Echar de menos a mi familia. A mis personas.
Quiero equivocarme y luego contarte como acabó todo.
Quiero explorar.
Viajar.
Correr.
Perder aviones.
Alucinar.
Quiero hacer el amor feroz y tiernamente.
Quiero aprovecharlo todo.
No dejar de beber ni una gota de la botella.
Bucear en el mar. Patinar. Volar.
Siento si alguna vez se me olvida lo que soy. Madrid a veces me hace estar demasiado cómoda.
Huiré de eso cada día. Te lo juro. ¿Un consejo? Escápate tú también. Te mereces lo mejor. Nunca jamás lo mediocre.
Huir también De la comodidad. De la dejadez. De la rutina. De la indiferencia.
Se tu también así siempre y tendrás en tu poder esa marca que espero algún día poder enseñarte.


Mi libro.
A dakota, por significar tanto sin ser todavía nada.

1 comentario:

  1. disculpa es un libro me parecio muy interesante y si es un libro tuyo lo compraria con gusto

    ResponderEliminar