domingo, 11 de diciembre de 2011






Me lo fundiría todo en un momento.
¿Alguna vez te quedaste sin respiración?
Tengo miedo, sería absurdo negarlo. Pero aprenderé a vivir con él. Aprenderé a mirar hacia otro lado.
Los seres vivos sentimos. Vivimos. Morimos. Amamos. Todo eso da miedo. La incertidumbre de no saber que pasará conmigo. Contigo. Con ambos.
La incertidumbre de no saber si el sufrimiento se aproxima. O si tal vez ya ha llegado. O nunca lo hará.
No saber si dentro de un tiempo voy a conocerte. Voy a reconocer tu olor en mitad de un camino como ahora bien hago.
No lo sé. Me empeño cada noche en intentar adivinar, suponer...que podré hacer para ver un poco lo que nos pasará. Entonces es cuando llega, ese maldito miedo por lo desconocido.
Odio cuando imagino el fracaso. Odio cuando me veo dentro de quince años y no estás. Odio imaginarme olvidándote día tras día. Odio pensar que probablemente un día te me olvides y no pase nada, y todo esté bien, y no te eche de menos porque ni me acuerdo de como eras.
Solo pienso en que estemos donde estemos jamás se te borre la marca que te hice o que hicimos juntos. Es una marca que no consta en ningún arbol mal grabado. Es algo mas. Algo que se verá reflejado en mis arrugas de vieja. En mi educación hacia mis hijas. En el respeto por mi misma. Una marca que me has dejado para el resto de la vida. Un aprendizaje.
Dime, ¿dejé algo en el tintero? ¿Algo que no supe hacer?
¿Te decepcioné o te fallé?
¿No te cogí de la mano o no te calmé cuando debería?
Piensa...y dímelo antes de que sea demasiado tarde. Esa marca quiero cuidarla. Mientras dure. Duraremos. Estaremos vivos. Y así podrás estar aquí de todas las maneras posibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario