domingo, 27 de noviembre de 2011






EL hielo se apodera de su nuca. No puede moverse. Totalmente inmovilizado. Tenía una bestia en su interior. No podía olerla. Ni tocarla. Solo podía ver borrosas esas imágenes de aquellos años juntos. Impotencia. Nerviosismo. Lágrimas y sobretodo mucha nostalgía.
Nostalgía al pensar que está en algún lugar de esta tierra y que no puede consolarla. Nostalgía al pensar todo lo que les quedó por decir.
No habrá nadie jamás en el mundo mi amor que ocupe tu lugar. Por mucho que se empeñen, repetía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario