sábado, 17 de septiembre de 2011

Mi historia en fotos.

























Completamente apasionada como nadie lo había sido en años. Le gustaba levantarse por las mañanas y meter los pies en el mar. El sonido de las olas. Los peces. El sol. Su piel bronceada. Le gustaba el sexo en el mar, el amor, su gran amor. Sobretodo disfrutaba con la naturaleza. La fruta exótica y los animales. Los niños. El amor. La familia. El para siempre.
Las personas, creía, venían al mundo para amar, para contemplar lo divino, para crear amor y la familia estaba en los planes. El buceaba y contemplaba diariamente a su familia. Jugaba con sus hijos a baloncesto en las pistas del barrio y casi todos los días llevaba a los niños a nadar. El rugby estaba en sus planes pero eran demasiado pequeños para tanto contacto físico. El era un apasionado del deporte y de los labios granates de su amor. Había dejado todo atrás para comenzar una vida hacia delante. Se sentía reconfortado. Había sido fiel a su promesa y gracias a eso todo había salido bien.
Me hacía completamente feliz el ruido de las risas de los niños cuando los sumergíamos en el mar. Los juegos con la arena y su mano rodeándome pensando:
Mira lo que hemos conseguido, la familia que siempre quisimos cuando teníamos 21 años y a pesar de todo jamás desistimos y si, aquí la tenemos, en Australia.
Perseverancia, casualidad, esfuerzo, amor, mucho amor...y sobretodo ser fiel a uno mismo y a las promesas que se hicieron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario